jueves, 14 de junio de 2012

500 AÑOS DE SAQUEO: EL TURNO DE MALLKU KHOTA


La comunidad de MallkuKhuta es parte de la TCO Sullk’a Jilaticani en el norte del departamento de Potosí donde existen varias lagunas a faldas del cerro del mismo nombre, es una de las regiones más pobres del país.
Según información de medios de prensa en el cerro existen reservas de minerales como el oro, indio, plata y otros; y se cree que es uno de los más grandes depósitos mineralógicos del mundo.
La empresa Mallku Khota, subsidiaria de la transnacional canadiense South American Silver que tiene en concesión la exploración y explotación de dichos minerales propuso iniciar la explotación por el método de “a cielo abierto” lo que implica la reubicación de la comunidad entera a otra parte, generando la resistencia de los pobladores y la demanda de anular la concesión de explotación otorgada por el gobierno de Evo Morales.
La resistencia de los pobladores surge ante la propuesta de la transnacional pues en los hechos significará la contaminación de las tierras y los recursos hídricos del toda la región,  puesto que las aguas de las lagunas son destinadas al consumo humano, de animales, regadíos agrícolas y producción piscícola.
Según el informe “Preliminary Economic Assessment Update Technical Report for the Malku Khota Project. Department of Potosi, Bolivia”, la transnacional canadiense va a saquear del país 424 millones de dólares americanos por año dejando solamente 25 millones de dólares por concepto de “regalía”. En 15 años tiene previsto expoliar la suma 5.936 millones de dólares.
La presencia del imperialismo en Bolivia, más allá de las poses demagógicas de los gobernantes, en un hecho concreto y actual que oprime a amplios sectores de la población, por donde veamos esta el imperialismo, pues como en este caso o como en el TIPNIS su interés es despojar nuestros recursos naturales, dejando migajas a unos cuantos y sumiendo en la miseria y postergación a las mayoría del pueblo boliviano.

EJEMPLO DE COMO CRIMINALIZAR LA PROTESTA DEL PUEBLO

La reciente detención y posterior encarcelamiento de varios jóvenes artistas, militantes feministas, anarquistas y ecologistas estrechamente vinculados con la defensa del TIPNIS, acusados de “terrorismo”, ha puesto en evidencia la actuación parcializada del aparato mediático estatal y la vulneración del principio “uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario”.
¿Desde cuándo realizar grafitis es delito? El informe policial enumera una serie de actos como el pintar paredes, o pegar carteles. Algunos de los acusados son artistas de teatro que emplean mascaras de papel en sus actuaciones. Entre las “pruebas” del supuesto delito de terrorismo presentadas por el gobierno están estas mascaras, además de telas con frases anarquistas y otros materiales.
Parecería que la intención del gobierno es acallar, intimidar o escarmentar a aquellos grupos de opinión política distinta a la oficial, pues el escenario en el que se da esta nueva criminalización de la disidencia y la protesta del pueblo es el de descredito y desgaste del discurso gubernamental, ahora afanosamente empeñado en crear un enemigo interno para así distraer a la opinión pública de problemas sociales urgentes y escabrosos como el conflicto por la explotación (saqueo) del cerro MallkuKhuta por una transnacional canadiense, la marcha indígena en defensa del TIPNIS, denuncias de corrupción, etc., etc..
Una de las acusadas es madre de un bebé y cantante de género punk, actualmente detenida en la cárcel de Obrajes de la ciudad de La Paz. Otro de los acusados está recluido en San Pedro, es profesor, vegetariano y activista contra la violencia a los animales. Ambos acusados del supuesto delito de “terrorismo”.
Según la versión del Gobierno estos jóvenes serian responsables de dinamitazos en cajeros automáticos de por lo menos cuatro agencias bancarias. Bancos que por cierto, durante el gobierno de Evo Morales obtuvieron ganancias como nunca antes en la historia del país, según ellos mismos reconocen.