sábado, 26 de noviembre de 2011

MOVILIZACIÓN DE LA UPEA COLAPSA EL CENTRO PACEÑO


Estudiantes, docentes y administrativos de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) marcharon este jueves por las principales avenidas del centro paceño exigiendo al Gobierno una coparticipación tributaria junto a la universidad Mayor de San Andrés que tiene mayor presupuesto.

Los universitarios alteños consideran injusto recibir sólo 50 millones de bolivianos para el desarrollo y mantenimiento de la casa superior de estudios, monto que significa el 19 por ciento de la repartición del monto económico en la ciudad de La Paz, mientras que la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) recibirá el 81 por ciento de los recursos de coparticipación tributaria para la gestión 2012.

La movilización de los estudiantes comenzó en la autopista donde incluso hubo amagues de enfrentamiento con la policía y los pasajeros que estaban en buses y minibuses. "Salimos en esta marcha para que sea un co-gobierno de 50 por ciento para la UPEA y 50 por ciento para la UMSA. El ministro de economía Luis Arce nos dijo que era posible ahora estamos acá para esto, no es justo", dijo un estudiante en la avenida Camacho.

A su llegada a La Paz marcharon cerca de Plaza Murillo e hicieron su paso por ambos carriles de el Prado, la Avenida Camacho no fue la excepción. Los petardos y matasuegras usadas para hacer escuchar su protesta causaron malestar entre los ciudadanos.

Nota tomada de.

EL HOMBRE Y EL MITO

Por: José Carlos Mariátegui*


I
Todas las investigaciones de la inteligencia contemporánea sobre la crisis mundial desembocan en esta unánime conclusión: la civilización  burguesa sufre la falta de un mito, de una fe, de una esperanza.  Falta que es la expresión de su quiebra material. La experiencia racionalista ha tenido esta paradójica eficacia de conducir a la humanidad a la desconsolada convicción de que la Razón no puede darle ningún camino. El racionalismo no ha servido sino para desacreditar a la razón. A la idea Libertad, ha dicho Mussolini, la han muerto los demagogos. Más exacto es, sin duda, que a la idea Razón la han muerto los racionalistas. La Razón ha extirpado del alma de la civilización burguesa los residuos de sus antiguos mitos. El hombre occidental ha colocado, durante algún tiempo, en el retablo de los dioses muertos, a la Razón y a la Ciencia. Pero ni la Razón ni la Ciencia pueden ser un mito. Ni la Razón ni la Ciencia pueden satisfacer toda la necesidad de infinito que hay en el hombre. La propia Razón se ha encargado de demostrar a los hombres que ella no les basta. Que únicamente el Mito posee la preciosa virtud de llenar su yo profundo.
  La Razón y la Ciencia han corroído y han disuelto el prestigio de las antiguas religiones.
  Eucken en su libro sobre el sentido y el valor de la vida, explica clara y certeramente el mecanismo de este trabajo disolvente. Las creaciones de la ciencia han dado al hombre una sensación nueva de su potencia. El hombre, antes sobrecogido ante lo sobrenatural, se ha descubierto de pronto un exorbitante poder para corregir y rectificar la Naturaleza. Esta sensación ha desalojado de su alma las raíces de la vieja metafísica.
  Pero el hombre, como la filosofía lo define, es un animal metafísico. No se vive fecundamente sin una concepción metafísica de la vida. El mito mueve al hombre en la historia. Sin un mito la existencia del hombre no tiene-ningún sentido histórico. La historia la- hacen los hombres poseídos e iluminados por una creencia superior, por una esperanza superhumana; los demás hombres son el coro anónimo del drama. La crisis de la civilización burguesa apareció evidente desde el instante en que esta civilización constató su carencia de un mito. Renán remarcaba melancólicamente, en tiempos de orgulloso positivismo, la decadencia de la religión, y se inquietaba por el porvenir de la civilización europea. "Las personas religiosas -escribía- viven de una sombra. ¿De qué se vivirá después de nosotros?" La desolada interrogación aguarda una respuesta todavía.
  La civilización burguesa ha caído en el escepticismo. La guerra pareció reanimar los mitos de la revolución liberal: la Libertad, la Demo Gracia, la Paz. Mas la burguesía aliada los sacrificó, en seguida, a sus intereses y a sus rencores en la conferencia de Versalles. El rejuvenecimiento de esos mitos sirvió, sin embargo, para que la revolución liberal concluyese de cumplirse en Europa. Su invocación condenó a muerte los rezagos de feudalidad y de absolutismo sobrevivientes aún en la Europa Central, en Rusia y en Turquía. Y, sobre todo, la guerra probó una vez más, fehaciente y trágica, el valor del mito. Los pueblos capaces de la victoria fueron los pueblos capaces de un -Mito multitudinario.
II
 El hombre contemporáneo  siente la perentoria necesidad de un mito. El escepticismo es fecundo y el hombre no se conforma con la infecundidad. Una exasperada y a veces impotente "voluntad de creer", tan aguda en el hombre post-bélico era ya intensa y categórica en el hombre pre-bélico. Un poema de Henri Frank, La Danza delante del Arca, es el documento que tengo más a la mano respecto del estado de ánimo de la literatura de los últimos años pre-bélicos. En este poema late una grande y honda emoción. Por esto, sobre todo, quiero citarlo. Henri Frank nos dice su profunda "voluntad de creer". Israelita, trata, primero, de encender en su alma la fe en el dios de Israel. El intento es vano. Las palabras del Dios de sus padres suenan extrañas en esta época. El poeta no las comprende. Se declara sordo a su sentido. Hombre moderno, el verbo del Sinaí no puede captarlo. La fe muerta no es capaz de resucitar. Pesan sobre ella veinte siglos. "Israel ha muerto de haber dado un Dios al mundo". La voz del mundo moderno propone su mito ficticio y precario: la Razón. Pero Henri Frank no puede aceptarlo. "La Razón -dice- la razón no es el universo".
    "La raíson sons Dieu c'est la chambre saos lampe",
  El poeta parte en busca de Dios. Tiene urgencia de satisfacer su sed de infinito y de eternidad. Pero la peregrinación es infructuosa. El peregrino querría contentarse con la ilusión cotidiana. "¡Ah! sache franchement saisir de tout moment - la fuyante fumée et le suc éphéniére". Finalmente piensa que "la verdad es el entusiasmo rin esperanza". El hombre porta su verdad en sí mismo.
  "Si 1'Arche est vide oú tu pensais trouver la loi, riera n'est réel que ta danse".
 III
 Los filósofos nos aportan una verdad análoga a la de los poetas. La filosofía contemporánea ha barrido el mediocre edificio positivista. Ha esclarecido y demarcado los modestos confines de la razón. Y ha formulado las actuales teorías del Mito y de la Acción. Inútil es, según estas teorías, buscar una verdad absoluta. La verdad de hoy no será la verdad de mañana. Una verdad es válida sólo para una época. Contentémonos con una verdad relativa.
  Pero este lenguaje relativista no es asequible, no es inteligible para el vulgo. El vulgo no sutiliza  tanto. El hombre se resiste a seguir una verdad migras no la cree absoluta y suprema. Es en vano recomendarle la excelencia de la fe, del mito,  de la acción. Hay que proponerle una fe, una acción. ¿Dónde encontrar el mito capaz de reanimar espiritualmente el orden que tramonta?
 La pregunta exaspera la anarquía intelectual, la anarquía espiritual de la civilización burguesa. Algunas almas pugnan por restaurar el Medio Evo y el ideal católico. Otras trabajan por un retorno al Renacimiento y al ideal clásico. El fascismo, por boca de sus teóricos, se atribuye una mentalidad medioeval y católica; cree representar el espíritu de la Contra-Reforma; aunque por otra parte, pretende encarnar la idea de la Nación, idea típicamente liberal. La teorización parece complacerse en la invención de los más alambicados sofismas. Más todos los intentos de resucitar mitos pretéritos resultan, en seguida, destinados al fracaso. Cada época quiere tener una intuición propia del mundo. Nada más estéril que pretender reanimar un mito extinto. Jean R. Bloch, en un artículo publicado en la revista Europe, escribe a este respecto palabras de profunda verdad. En la catedral de Chartres ha sentido la voz maravillosamente creyente del lejano Medio Evo. Pero advierte cuánto y cómo esa voz es extraña a las preocupaciones de esta época.
 "Sería una locura -escribe- pensar que la misma fe repetiría el mismo milagro. Buscad a vuestro alrededor, en alguna parte, una mística nueva, activa, susceptible de milagros, apta a llenar a los desgraciados de esperanza, a suscitar mártires y a transformar el mundo con promesas de bondad y de virtud. Cuando la habréis encontrado, designado, nombrado, no seréis absolutamente el mismo hombre".
  Ortega y Gasset habla del "alma desencantada". Romain Rolland habla del "alma encantada". ¿Cuál de los dos tiene razón? Ambas almas coexisten. El "alma desencantada" de Ortega y Gasset es el alma de la decadente civilización burguesa. El "alma encantada" de Romain Rolland es el alma de los forjadores de la nueva civilización. Ortega y Gasset no ve sino el ocaso, el tramonto, der Untergang. Romain Rolland ve el orto, el alba, der Aurgang. Lo que más neta y claramente diferencia en esta época a la burguesía y al proletariado es el mito. La burguesía no tiene ya mito alguno. Se ha vuelto incrédula, escéptica, nihilista. El mito liberal renacentista, ha envejecido demasiado. El proletariado tiene un mito: la revolución social. Hacia ese mito se mueve  se mueve con una fe vehemente y activa. La burguesía niega; el proletariado afirma. La inteligencia burguesa se entretiene en una crítica racionalista del método, de la teoría, de la técnica de los revolucionarios. ¡Qué incomprensión! La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia: está en su fe, en su pasión, en  su voluntad. Es una fuerza  religiosa, mística, espiritual. Es la fuerza del Mito. La emoción revolucionaria, como escribí en un artículo sobre Gandhi, es una emoción religiosa. Los motivos religiosos se han desplazado del cielo a la tierra. No son divinos; son humanos, son sociales**.
  Hace algún tiempo que se constata el carácter religioso, místico, metafísico del socialismo. Jorge Sorel, uno de los más altos representantes del pensamiento francés del Siglo XX; decía en sus Reflexiones sobre la Violencia: "Se ha encontrado una analogía entre la religión y el socialismo revolucionario, que se propone la preparación y aún la reconstrucción del individuo para una obra gigantesca. Pero Bergson nos ha enseñado que no sólo la religión puede ocupar la región del yo profundo; los mitos revolucionarios pueden también ocuparla con el mismo título". Renán, como el mismo Sorel lo recuerda, advertía la fe religiosa de los socialistas, constatando su inexpugnabilidad a todo desaliento. "A cada experiencia frustrada, recomienzan. No han encontrado la solución: la encontrarán. Jamás los asalta la idea de que la solución no exista. He ahí su fuerza".
 La misma filosofía que nos enseña la necesidad del mito y de la fe, resulta incapaz generalmente de comprender la fe y el mito de los nuevos tiempos. "Miseria de la filosofía", coma decía Marx. Los profesionales de la Inteligencia no encontrarán el camino de la fe; lo encontrarán las multitudes. A los filósofos les tocará, más tarde, codificar el pensamiento que emerja de la gran gesta multitudinaria. ¿Supieron acaso los filósofos de la decadencia romana comprender el lenguaje del cristianismo? La filosofía de la de cadencia burguesa no puede tener mejor destino.

* Publicado en Mundial: Lima, 16 de Enero de 1925. Trascrito en Amauta, Nº 31 (págs. 1-4), Lima, Junio-Julio de 1930: Romance, Nº 6, México, 15 de Abril de 1940 (con excepción de algunos párrafos); Jornada, Lima 14 de Enero de 1946. E incluido en la antología de José Carlos Mariátegui, que la Universidad Nacional de México editó, en 1937, como segundo volumen de su serie de "'Pensadores de América (págs. 119.124).
 ** Se refiere a un artículo inicialmente publicado en Variedades (Lima, 11 de Octubre de 1924) y después incluido en La Escena Contemporánea (págs. 251-259). Allí plantea y enuncia su pensamiento en la siguiente forma: "¿Acaso la emoción revolucionaria no es una emoción religiosa? Acontece en el Occidente que la religiosidad ha bajado del cielo a la tierra. Sus motivos son humanos, son sociales; no son divinos. Pertenecen a la vida terrena y no a la vida celeste”     

viernes, 18 de noviembre de 2011

Rigucho y su "arte" popular


NOTA DE ALTO TV.- Esta es solo una muestra de la xenofobia y el racismo que campean en la sociedad boliviana, principalmente hacia los migrantes peruanos que llegaron a Bolivia buscando mejores condiciones de vida y son estigmatizados con la etiqueta de delincuentes, lo mismo pasa con los colombianos en el oriente que son muchas veces acusados y sin pruebas de narcotraficantes. Creemos importante denunciar estas actitudes retrogradas de las cuales muchos bolivianos también son victimas dentro y fuera del país.

 
Por.- Asociación de Residentes y Refugiados Peruanos en Bolivia
TOMADO DE: www.kaosenlared.net/noticia/rigucho-y-su-arte-popular


"El Rigucho"
Hoy por la mañana nos sorprendimos cuando vimos la participación del "humorista" Rigucho, nombre artístico de Daniel Gonzáles, en el programa televisivo Ritmo Popular del canal 4 TV La Comunidad de la Vida, programa que es visto a nivel nacional e internacional, en particular en Argentina, Brasil y España vía internet.

En el programa musical se presentó Rigucho y los taparacos, para promocionar su "espectáculo de humor" en la ciudad de La Paz y El Alto en los próximos días. No nos ocuparíamos de su "arte" sino es por que presentó una parodia de la conocida canción Pasito Tun Tun, cambiando la letra, para no sólo intentar ridiculizar a la comunidad peruana a través de su comida típica reconocida internacionalmente como es el ceviche, sino que promueve la estigmatización ya existente y la xenofobia contra la población migrante peruana relacionándola con actos delictivos y reñidos contra la moral.

Al son de los acordes del ritmo musical Pasito tun tun, Rigucho se solazaba diciendo (pues no canta):

Él asalta así,
cogotea así,
él patea así,
perucho tun tun

Así, Rigucho se suma a ese coro de voces, cada vez menor felizmente, que promueve discriminación, racismo, estigmatización y xenofobia contra ciertos sectores de la población que habita nuestro territorio, y decimos nuestro porque vivimos, trabajamos, tenemos familia y aportamos a este país y a su pueblo que nos acoge con los brazos abiertos y al cual estamos unidos por la historia y por múltiples y diversas raíces culturales, pues hemos sido un solo pueblo. 

En el altiplano la estigmatización se da contra los peruanos, y en el oriente boliviano contra colombianos y brasileros, además de la permanente discriminación a nuestros pueblos indígenas.

Entendemos que no basta contar con una Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación, que sancione hechos que atentan a la dignidad humana, sino la de ir entendiendo y aprehendiendo de que todos las personas somos iguales en derechos y en dignidad. 

Mientras no se barra con las fronteras ideológicas, además de físicas, que mantenemos en nuestras estructuras mentales de pensamiento, de ver al otro como al enemigo, al que hay que criminalizar y eliminar, la discriminación y el racismo continuarán.

El gran poeta universal, peruano de nacimiento, César Vallejo nos decía que Todo arte o voz genial viene del pueblo y va hacia él. A la luz de ello, definitivamente el "arte" de Rigucho no lo es. Afirmamos esto porque el arte no se puede basar en la burla del otro, en atentar su dignidad, en los "golpes" al otro, para sacar una sonrisa al público que asiste a su "espectáculo". Creemos que es innecesario recurrir a este "tipo de arte", además de que consideramos que Rigucho tiene la suficiente capacidad para desarrollar verdadero arte sin recurrir a esos gaff humorísticos.

Esperamos en primer lugar, que Rigucho corrija su "arte" y no se preste a seguir promoviendo estereotipos sobre la colectividad peruana u otra que ningún favor hace a la convivencia pacífica, a la solidaridad de los pueblos y a la dignidad de las personas.

En segundo lugar, nos preguntamos si nuestras autoridades bolivianas están haciendo algo por combatir este tipo de discriminación y estereotipos que se presentan en espectáculos públicos o en artículos periodísticos, contra ciertas poblaciones y nacionalidades que vivimos y aportamos en territorio boliviano.

Finalmente, llamamos a nuestras autoridades consulares peruanas a realizar campañas de sensibilización a la opinión pública sobre la contribución de nuestra colectividad peruana con un granito de arena al desarrollo nacional.

ARPEBOL.
12 de noviembre de 2011